Cuando uno decide ir a ver en directo el primer bolo del nuevo proyecto del Uoho, no lo hace solo por haber escuchado de antemano su trabajo y haber decidido que merece la pena (merece mucho la pena, avisaos estáis) ir a ver que nos espera en sus directos. Uno ya ha estado en muchos directos viendo al Uoho en un escenario, menos de los que hubiese querido con Extremo, y muchísimas veces (aunque también menos de las que hubiese querido) con Platero y Tú… esa banda esencial que no debería haber desaparecido nunca, aunque eso es harina de otro costal, las cosas pasan, la vida pasa, y algunas de esas cosas quedan para el recuerdo, los músicos te regalan su música (que te acompañará toda la vida si tu quieres y por lo que debes estar agradecido) y tienen derecho a descartar proyectos, decidir que algo se acaba y…lo más importante, como en este caso…hacer que algo nuevo comience.
No puedo más que agradecer a Iñaki Antón “Uoho” y a su banda que eligieran mi ciudad para empezar su gira. Barcelona fue una ciudad afortunada ayer por la noche.
Tremenda descarga de rock que nos cayó del cielo. Si has visto a Iñaki en acción antes en cualquier banda y cualquier escenario, si has escuchado con atención o con pasión sus trabajos, si has vibrado con su forma de hacer hablar a las guitarras, entonces, sabías, como sabía yo que el asunto no te iba a dejar indiferente.
De entrada no me pareció que fuese a estar la sala muy llena, no se porqué, era solo una impresión (afortunadamente errónea). El caso es que aquello se llenó en cuestión de media hora. Rockeros de la vieja y la nueva escuela, de mal semblante y buen corazón (en general, que en esto del rock también hay algún hijo de puta) con sus camisetas negras, …esperando para mostrarle al Uoho su cariño, para decirle: -eres uno de los nuestros y te estamos agradecidos por tanta música, estoy aquí para repartir el amor que llevamos dentro…y mandarle un buen pedazo al Uoho y su banda para que empiecen de puta madre este nuevo proyecto.
Como os decía, poco a poco, una buena cantidad de rockeros de pro (lo mejor de cada casa) iban llenando la “Luz de gas” (que la verdad es que como sala de conciertos es bastante molona) y aunque no se llegara al “Sold out” yo diría que estaba a un buen 90% de capacidad. No me hagáis mucho caso, los que me leen ya saben que yo en los bolos no estoy por mirar esas mierdas. Hago un par de fotos al principio y una al final por si decido escribir alguna crónica, y el resto del bolo me lo paso escuchando, y la mayoría de las veces como en esta ocasión con el Uoho, me lo paso disfrutando. Me interesan mucho más las sensaciones que me produce la banda, las emociones, o dejarme mecer por el rock que estar intentado encontrar los fallos en el sonido o memorizando el setlist…o pendiente de hacer la mejor foto de la noche. De verdad que me tienen un poquito cansado los móviles en alto en los bolos. Que coño haces? En lugar de vivir el momento, lo grabas y luego lo escuchas en casa con una calidad de pena?? Pero te pierdes la esencia del momento auténtico?? Y encima jodes a los que están detrás de ti con tu mano levantadita!!…de verdad que me cuesta entenderlo.
Desde el principio Iñaki derrochó actitud, y es que Iñaki es “rockandroll actitud” en todo lo que hace. No, en serio, el tipo es un puto genio, eso lo sabemos todos menos él desde los inicios de los burritos, un señor del rock patrio con mayúsculas, con un talento espectacular (no se si innato o no…como os decía, yo se más bien pocas cosas) para esto tan esencial para la vida… la música.
Además su técnica está forjada a fuego por el paso de años y años sin dejar de tocar… de verdad, los que “chapurreeis” con algún instrumento, seguro que lo veis. Lo mismo te mete un millón de notas por minuto en un solo y puedes distinguir cada una de ellas por más rápido que toque, que te da una única nota contundente y una pausa, que te hielan el alma.
Cuando la banda ya se había calentado después de unos pocos temas, el amigo Uoho se convirtió en un torbellino sobre el escenario, era tal y como le recordaba en los tiempos de los Platero, sin perder un ápice de energía, como si por el no hubiesen pasado los años, como si no se me hubiese pasado media vida desde los bolos en la sala garatge de los burritos, y eso es muy de agradecer, porqué la energía que derrocha sin miramientos, sin ahorrar ni un céntimo de esfuerzo, con total honestidad, contagia al público y hace que en muy poco rato, solo estés pendiente del Uoho.
Otra cosa que hizo cojonuda Iñaki fue, presentarnos a aproximadamente trescientas guitarras distintas durante la noche, a cual de ellas más acertada para cada tema que tocaba. Personalmente me quedo con el sonido gordote y acertadísimo de la telecaster, pero es por gusto personal, en realidad cada guitarra estaba muy bien escogida para cada uno de los temas que tocó. Menudo desfile de guitarras!!!…lo que va dentro del flightcase de las guitarras del Uoho vale más que yo en mis mejores tiempos. Aunque sin duda lo mejor es…cómo las toca el muy cabrón!!
De la misma forma que os he dicho en otras crónicas, no voy a colgar aquí el setlist. A mi personalmente, no me gusta leer ese tipo de crónicas, no quiero saber que canciones y en que orden las toca la banda, quiero “no saberlo” por que eso me permite emocionarme con los primeros acordes o compases de cada tema en cuanto los reconozco. Además, tampoco podría hacerlo, porqué como ya os he dicho, no estoy ahí anotando, grabando o intentando memorizar… en un bolo yo estoy únicamente disfrutando. La verdad es que me emocioné mucho escuchando cosas de platero, sonaron Bobo, Maldita mujer, Sin solución (con su emocionante final…Tu eres de Platero y tuuuuuu!!!!) y la sala se vino abajo con Hay poco rock and roll (Alguien creía que no sería así?) y con la extremeña Ama y ensancha el alma, así que si, tambien cayeron cosas de extremo como Salir, Puta, un buen trozo de Pedrá… Momentazo el que nos regaló la banda cuando Miguel dejó el bajo a “Mon” y este tocó Sucede con la banda… se podía respirar la complicidad y el cariño…el buen rollo e incluso las penas pasadas. Cosas que le abrigan a uno el alma.
…la verdad es que creo que escogieron muy bien los temas históricos…temas que nos levantaron ampollas en el corazón a todos los presentes, temas que ya son himnos y están entre los indispensables del rock de por estos lares, pero lo interesante de la noche, además de esas emociones que agradezco enormemente era escuchar lo nuevo del Uoho… espero que ellos se sintiesen igual de arropados por nosotros.
No me jodas…suena espectacular. Sabía que Iñaki no iba a defraudar y a pesar de los nervios de ser el primer bolo de gira y todo eso, algún problemilla inicial con el sonido que francamente me suda los cojones por detrás, esencialmente tenemos delante a
una banda de directo. De directo aplastante y demoledor…pero no se me equivoquen, con una calidad musical superlativa.
Me gustaron especialmente Dentro de una botella y Ya nos veremos (no sabría decir por qué pero esa canción se ha hecho un huequito dentro de mi corazón de rockero).
Y la banda…una banda a la altura del Uoho sin duda. Miguel en el bajo resulta una cola de pegar que engoma perfectamente la armonia de las seis cuerdas de Iñaki con la batería del señor Cantera, que resulta ser un motor fino pero potente para esa mezcla.
Yo no estoy muy acostumbrado a las teclas, por eso y por su calidad, me sorprendió agradablemente Aiert… no sé si lo que toca es un Hammond, pero a mi me sonaba a eso, de hecho, que cojones importa lo que tocara? La verdad es que nunca he visto a un teclista con esa actitud rockera, y ahí lo teníamos, encajando perfectamente sus teclas en el rock del Uoho, e incluso dialogando con sus guitarras en algunos pasajes. Encomiable el trabajo de la banda!!
No podía ser de otra manera, teníamos ahí músicos que han pasado por “Platero y tu”, “Extremoduro”, “Inconscientes”…en fin… una serie de bestias pardas del rock que por buen seguro harán vibrar los corazones de quien quiera ir a oírlos.
Sucedieron muchas cosas en la “Luz de gas”, y una de ellas fue que un chaval muy joven (tendría unos 12 años) fue elevado por el público varias veces cerca del escenario. Iñaki le miraba fijamente, le hacía carantoñas y le dedicaba sus notas…sucedió dos o tres veces. Uoho…estoy seguro que has conseguido que ese chaval al salir del bolo le diga a su padre…- Papá…cómprame una guitarra!!!
Gracias por tanto Uoho.
El hermano del Julian