Aunque el sábado solo llegué para “En blanco y negro” el viernes recibí con alborozo el concierto completo de los invitados, la más versatil y conjuntada banda de rock del país, Flako, Txus, Brigi y Enrique Villareal “El Drogas”. Con un repertorio “barrikero” para la ocasión, muy acorde a las circunstancias: “Okupación”, “En la silla eléctrica”, “Bahía de pasaia”, “Todos mirando”, “Barrio Conflictivo”, “No hay tregua”, “Oveja negra”… 21 temas completados con el “Aprieta el gatillo” de los “Cica”, de Txarrena “Frío” (aunque es de Alarma), “Empujo pakí” y ese himno contemporaneo “Azulejo frío”. “En punto muerto”, “Peineta y mantilla” o “Come elefantes” de su triple “Demasiado tonto en la corteza”. Para escuchar canciones en vivo del quíntuple “Solo quiero brujas en esta noche sin compañía” deberemos esperar al arranque de su gira en Barcelona (22 de Noviembre Sala Apolo). Entre Barricada, Txarrena y sus 8 cds en solitario (sin ponerme a contar eps) ¿Nos cantará 60 a los 60? Capaz sería.
Recuerdo una frase que me dijo EL KOALA hace muchos años en una entrevista “yo he mamao mucho de la polla”. Todos hemos mamado mucho de LA POLLA, de hecho para un servidor fueron el inicio de todo esto, un click en mi cerebro tanto ideológica como musicalmente. Una cinta de casete con un nombre grotesco que llama la atención de un adolescente que hoy día lleva más de 25 años escuchándoles. Y el finde pasado en el Palau Sant Jordi 4 tíos lanzando un bukake sobre casi 20.000 personas, durante dos noches seguidas (ponle tú 30 y pico mil).
Y han tocado delante de muchos más, pero nunca ante una audiencia tan eufórica. Esta gira de cuatro ciudades y 8 fechas se les ha quedado pequeña. Por irse de golpe y sin avisar, por nostalgia o porque quizá sean la banda de punk en castellano más universal. Por la calidad de los textos del señor Evaristo Páramos, su carácter atemporal, por esa forma de decir lo justo, meter el dedo en la llaga siendo incensurables, irreprochables hasta por los estamentos y personajes que son el centro de la diana de sus inteligentes críticas. Por ese talento innato, por no pretender demasiado, por provenir de un entorno rural, por ser los creadores y únicos ejecutores del punk patatero. Por eso son el grupo punki que puede gustar a cualquiera, a quien sea, aunque no le guste el género.
Se les añoraba por esa forma de hacer lo que les sale de la ídem. El set list del concierto parecía hecho en 2003, como si nunca lo hubieran dejado, incluyendo 3 temas de “El Último de La Polla” (que de no dejarlo se hubiera llamado de otra forma, claro), varios de ese “Toda la puta vida igual” que tan bien les funcionaba en directo (algunas de ellas me resultan prescindibles: “Igual para todos”, “Que turututu ay que tururu”, “Maigenerasion”, “Mundo cabrón” o “Ya no quiero ser yo”). Eso sumado al tema nuevo “Sin descanso ni paz” y a la gran mayoría de 30 greatest hits incluidos en su mítico “La Polla Enturecto” + rarezas inesperadas como “Memoria de muerte”, “El suicida” o (ya me puedo morir habiendo escuchado mi canción preferida de los “Pollos” en directo) “Eutanasia”.
44 temas el viernes y 43 el sábado. Algún parón y 2 bises de cuatro temas cada uno. Dos pantallas a cada lado del escenario, con primeros planos de los músicos y algún aporte adicional como las dos cruces ardiendo antes del “Salve” inicial o, previa al penúltimo bis, la concatenación de las portadas del grupo (“El conjunto” del disco “Los Jubilados” de fondo) con homenaje final a Fernando Murua, batería fallecido en 2002, responsable en gran parte ese sonido tan particular de La Polla. Fueron y serán siempre los mejores por esa particularidad, por la musicalidad de los punteos de Txarly, imaginativos, preciosistas. Optimizaron todos sus recursos como músicos para sonar de esa forma. El viernes me sumergí en el “pogo” cuan adolescente tardío y el sábado los disfruté en la grada, como un señor (inevitable ponerse en pie).
Marcos Rodríguez “Pae” @elrockesmirollo