Son de Hortaleza, el barrio sin cerveza, y siempre han tenido a bien ser imprescindibles para entender el punk-rock cantado en español. Si bien otros grupos tuvieron más éxito, ellos siguen a lo suyo después de décadas de trayectoria y, por suerte, cada día están mejor.
Atienden a la prensa con amabilidad y son tal cual les ves en el escenario. Del gancho al hígado que recibieron de manos del destino consiguieron reponerse y hoy en día están presentes en la mayoría de festivales por algo muy sencillo: su sinceridad y su honestidad cuando se suben a un escenario.
No pocos les tachan de ser demasiado facilones, de no darles una vuelta de tuerca a sus letras y de todo lo que les apetece, pero se equivocan. La idea es expresarse de la misma forma que lo harías tú o uno de tus colegas. Sin metáforas y sin juegos de palabras.
A nivel musical son increíbles. Y si no es así, que levante la mano el que no salta con temas como “Si nos dejáis” o “Joder qué cruz”. Cierto locutor comentaba no hace mucho que el avión de los Guns n´ Roses no era como la furgoneta de los Porretas. El grupo sigue sirviendo casi de broma para muchos, pero atesora una dignidad que ya quisiera tanto ese locutor como muchos otros «artistas». Vaya este artículo por ellos y por todo lo que nos han legado. Que sea por muchos años más.
