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Mil perdones BOCANADA / Crónica de su concierto en Barcelona por EL HERMANO DEL JULIÁN

Yo tengo entre 40 y 50 minutos de coche desde la casa donde vivo al trabajo…¿qué queréis que os diga? No siempre uno lo acierta todo y en eso, yo me he equivocado de largo. El caso es que sobre todo por la mañana, cuando salgo de mi lugar de pernocta muy de madrugada, muy tempranero, voy escuchando la radio, las noticias, los sucesos , el tiempo… ¿que por qué os cuento esto?? Lo vais a entender en muy poco rato.

Os voy a ser sincero, yo no era un gran oyente de los Bocanada y debería disculparme por eso. Me sonaban un poco monótonos en lo poco que había oído de sus trabajos en estudio (ahora que me doy cuenta, que desfachatez juzgar a una banda sin haberla escuchado demasiado), como muy planos (no me hagáis mucho caso con esto, que yo no soy ni crítico musical ni técnico de sonido) con una voz que se parece a la del Kutxi (¡¡no me jodas!!  ¿cómo no se va a parecer?… si Martín,  –ahora pensando, supongo que es el que encuentra sentido al seguido del punto del fin – se apellida Romero – lo cual, dicho sea de paso y para que todos se enteren, no le resta ni un gramo de mérito a su arte) y esas letras rozando … bueno, sin rozar, esas letras a las qué si se les pudiese amputar la música, se convierten automáticamente en poesías, en alma, en sentimientos.

La primera vez que vi a los Bocanada, fue en Tarragona, después de un concierto de Marea, en el que el “hay-untamiento” tuvo la desfachatez de cambiar la hora y de obligar a los señores del Rock navarros a tocar muy temprano, demasiado temprano. (me pareció una enorme falta de respeto por parte de los señores que viven de nuestro sudor, los políticos)

 Al acabar, faltaba un rato hasta que los Bocanada, que ya no podían tocar en el mismo escenario que los Marea, empezasen a tocar en la Sala Zero de Tarragona. El colega que iba conmigo tuvo que irse, y yo me fui solo al bolo de los Bocanada. Y para mi sorpresa, se desató el huracán.

Salí de la sala pensando que este era claramente un grupo de directo, que me gustaban muchísimo más en esa tesitura y  las grabaciones no les hacían justicia, pero, os seguiré siendo sincero, los he escuchado algo más desde entonces, pero no tanto como sin duda alguna merecen, aunque si se quedó en mi corazón la caña que desprendían, la actividad frenética de Martín en el escenario, y la sensación de que aquella pequeña banda, tocaba y cantaba desde las tripas, sin ningún adorno ni afán de ser más de lo que son, una banda de rock, sin más trabajo que rozarte el corazón con su música, sin más suerte que la de enamorarte con su actitud…me pareció una banda con un directo espectacular y con una honestidad en el escenario fuera de toda duda.

Esta vez tocaban en Barcelona, y como aquel que sabe que no debe perderse algo bueno, y (seguiré siendo honesto) como queriendo disculparme por no haber demasiado justo con su música en los últimos tiempos, me compré la entrada con bastante anticipación, y me planté en el Razzmatazz 3 en la noche precisa y a la hora precisa, y de nuevo y como no podía ser de otra forma…se desató el huracán.

Yo no soy mucho de tomar nota en los bolos sobre el setlist, o de fijarme demasiado en detalles técnicos….tampoco hago más de dos o tres fotos por si publico alguna de mis reflexiones (a las que no me gusta llamar ni crónicas ni críticas), me gusta más disfrutar de la música, dejarme llevar… escuchar, sentir.

Joder, y mira que ya los sabía, pero….¡¡ menudo patadón en las pelotas el rockandroll de los Bocanada!! No sé cuantas cayeron, y a pesar de que el frontman de la banda decía constantemente que nos quedaban 21, en realidad yo creo que tocaron veintimuchas.

La sala estaba casi llena, yo creo que un buen 95% de aforo caía…. La gente esperando ansiosamente, con ganas de banda, en ese formato que no se ve demasiado por estas tierras de bolo en lugar no muy grande donde puedes oler hasta el sudor de los músicos….esa cercanía, esa complicidad…los bolos en lugares pequeños son cojonudos!!

Mientras iban desgranando tema a tema con impecable ejecución y como una apisonadora, a mi se me iba cayendo la baba. Juanito y sus seis cuerdas nos regalaban una amalgama de notas que recogían registros desde lo más melancólico hasta el vértigo más exagerado, estando impecable durante todo el bolo (y motivadísimo cuando se ponía a cantar). Pepo, dota a la banda de la misma cantidad de registros al sonido de su batería, que puede sonar totalmente dulce o contundente como una carga de obuses, sin perder jamás un ápice de claridad en cada golpe. Rupi es el pegamento perfecto entre el ritmo de Pepo y la melodía de Juanito…un bajo sólido, claro y perfectamente encajado en cada parte de cada melodía. Súmale la voz (con un registro que va desde un tierno cantautor hasta sonidos prácticamente guturales cuando grita)…¿que digo?? No solo la voz, sinó también la actitud y la frenética actividad de Martín durante el 100% del tiempo que duró el bolo…y simplemente alucina!!! (este tio pierde seguro algún kilo de peso después de cada bolo).

La banda se mostró agradecida con el público, explicando que de momento una mini gira de 6 bolos para ver que tal iban yendo las cosas… el público estuvo entregado desde el minuto cero hasta el final, y si el bolo hubiese durado 3 horas más…allí hubiesen seguido, puño en alto y coreando hasta quedar afónicos. Los Navarros levantan pasiones.

Se vivieron especiales vibraciones de “buenrollismo” entre los de Berriozar y el público causaron temas como “Para siempre” (el estribillo lleva una semana repitiéndose en mi cabeza), “Rio”, ”Golpe de mar”, “Que me arranquen el pellejo” o “Gallo de Pelea”, pero no se dejen engañar, igual en esas el público estaba un poco más activo, pero en realidad, la complicidad y el disfrute mutuo, me atrevo a decir que tanto por parte del público como por parte de los Bocanada, fueron sobresalientes de principio a fin.

Un concierto para no olvidar, en el que Bocanada nos abriga el corazón cuando nos confiesa que Catalunya es su segunda tierra, nos deja un regalazo en forma de Rock and Roll (me cruce con Martín en la calle y no le pedí un Selfie….me limité a darle las gracias…¿que más se puede pedir a alguien que te regala su música y que pone el corazón en cada canción? Tanto al escribirlas como al cantártelas. Nada…no se le puede pedir nada, solo hay que mostrarse agradecido, y esperar que siga haciéndolo), en el que lo pasas en grande, disfrutas de buen rock, con petición de boda incluida (si no sabes de qué hablo, haber venido! Y por lo que pueda pasar, no te pierdas el próximo), un concierto que me recuerda de nuevo, que estoy en deuda con Bocanada.

Si…en deuda con Bocanada por no haberles prestado la atención que merecían, de tal manera que dejé pasar el domingo… y el lunes a las 06:30 sonó el despertador, me levanté, metí un café doble en el vaso para llevar, subí en el coche…y decidí que nunca más se va al trabajo escuchando las noticias (total, si ya nos las sabemos), decidí que a partir de ese mismo lunes, cuando me voy al curro en el coche, suena Bocanada. … que así estamos bien….que así estamos bien…

El hermano del Julián

MiRolloEsElRock

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