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Sobre Fito y los Platero (una vez más)

 En mi clase de 2º de B.U.P. había carpetas forradas con el careto de Aaron Carter, otras con el de Kurt Cobain, la mía de “Uohos”, “Robes” y “Fitos”. Cada vez que oigo o leo eso de “el antiguo grupo del de los Fitipaldis” me entran ganas de (casi me pongo a) llorar. Como muchos fui testigo de la transición de un grupo a otro. La primera vez que vi a Fito con los Fitipaldis teloneaban a Extremoduro y como mucho una veintena de asistentes conocíamos las canciones de su ‘A puerta cerrada’. Era la gira del “Canciones prohibidas” e incluso Cabrales se mezclaba en alguna con los de Robe Iniesta (anticipaban “Si el cielo está gris” de Extrechinato y tú). La segunda vez con “el segundo” un centenar en un pub. Ese día de  2001 hice mi primera entrevista (no solo a Fito sino en general).

En ella le pregunté como decidía mientras componía qué canciones iban a Platero y cuáles a su banda ‘pequeña’. Al poco, con ‘Perro viejo’, sonaron en los 40 por primera vez. Y un tiempo después se anunció la salida de su tercer disco “Lo más lejos a tu lado”, a la vez que Fito dio la noticia en una entrevista en prensa del fin de Platero.

Y debe ser la única vez que he despotricado del músico por el que, junto al fichaje de Gica Hagi por el F.C. Barcelona, me empecé a dejar patillas. Ni siquiera hacía Mi Rollo Es El Rock, era una sección matutina llamada (ejem) “La sección más guarra por Pae y su guitarra”. Seguramente me fui a la radio después de ponerme el clearasil, con las hormonas a tope, indignado porque a Fito ya “no le hervía su sangre”. Entre esa otras muchas gilipolleces leí, porque en mis principios radiofónicos pensar y hablar a la vez era algo impensable (e inhablable).

Cumplidos los cuarenta lo veo diferente, aunque me jode. Los vi una vez en directo y e hice lo que se suele hacer a esas edades: beber calimocho, el suficiente para no acordarme de casi nada. Estuve en el último “viña” que tocaron y preferí ver a Ñu porque “Platero vendrán a Tarragona seguro, Ñu es improbable”. 2 viñas después, puro despecho, pasé del concierto de Fito y los Fitipaldis como si fuera Alejandro Sanz el que estuviera encima del escenario.

Pasaron los años, evolucionó mi concepción de la vida… y la música. Con los Fitipaldis firma sus mejores letras. Su último disco, “Huyendo conmigo de mi”, es una obra maestra en ese sentido… pero como con el resto: tras una eufórica escucha inicial los tengo de adorno en la estantería ¿Será que musicalmente me aburren? He visto a Fito unas cuantas veces en directo y han acabado flipándome sus 3 primeros discos. He aprendido que Fito tomó la senda de los Fitipaldis en 2002 porque era realmente lo que quería hacer, ese rock and roll clasiquísimo de autor que ha acabado gustando a mucha gente ajena al rock.

 A medida que se me caía el pelo entendí que el hecho de que Fito venda no es a consecuencia de ser un vendido. A partir de “Por la boca vive el pez” la cosa tornóse homogénea, con guitarras cristalinas a lo Dire Straits con casi todo su peso virtuoso recayendo en el gran Carlos Raya. Añoro al Fito guitarrista, con Iñaki “Uoho” Antón formó la mejor dupla, con el permiso de Carlos y Armando de Castro, de la historia de nuestro rock.

Desde la disolución de la banda me consta que se han marcado unos temas juntos, a modo de concierto privado, en un par de ocasiones. Una de ellas por la boda de Juantxu Olano, supongo acorde con la celebración, por puro gusto. Eso tiene sentido pero dudo que lo tuviera un concierto y/o gira de reunión. Porque yo ya hace mucho que rebasé la mayoría de edad y los “burritos” la treintena.

Marcos Rodríguez “Pae” @elrockesmirollo

MiRolloEsElRock

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